Los invito a pensar seriamente en la posibilidad de no recurrir al regalo de cachorros en la presente Navidad.
Y no es que no me gusten los animalitos. No. Me encantan y creo que son una bendición para las personas que los necesitan de verdad.
Definitivamente no todos tenemos vocación de atención y preocupación por los animalitos.
No hay que confundir el gozo que viven algunas personas cuando reciben un perrito o gatito nuevo como regalo de Navidad, con la atención y cuidado que esos pequeños seres necesitan diariamente. No son juguetes ni peluches adornados como paquete navideño. Son criaturas . Como tales necesitan los cuidados de todos los seres vivos y sensibles.
Cada día deben recibir su comida , limpieza y resguardo para sobrevivir. Sin olvidar sus vacunas y control de veterinario para saber como evitar que se nos enfermen.
Por eso no nos encandilemos con la posibilidad de regalar un cachorrito a quienes tal vez no serán capaces de tenerles todo el cariño, cuidado y paciencia que ellos también necesitan a diario.
He visto niños que despues que sus animalitos crecen , los encuentran feos. Y los abandonan a su suerte. Sin que los adultos lo impidan.
Creo por todo lo anterior, que lo pensemos más de una vez antes de regalar seres vivos y necesitados de afecto, a personas que no los desean. Así de simple. Observemos atentamente quienes tienen un espacio afectivo y un rincón cálido que podrían afrecer a estos pequeños que bien se merecen compartir cariño y su fiel compañía con quienes los acogen amorosa y responsablemente en sus vidas.
Reciban un fraterno y afectuoso abrazo de Paz y Bien.
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