domingo, 31 de julio de 2011

CON CINCO PANES Y DOS PECES


EVANGELIO Mt 14, 13-21
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús se alejo en una barca a un lugar desierto para estar a solas Apenas lo supo ¡a gente dejo las ciudades y lo siguió a pie Cuando desembarco Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, sanó a los enfermos. Al atardecer,
los discípulos se acercaron y le dijeron: Este es un lugar desierto y ya se hace tarde despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos”. Pero Jesús les dijo: “No es necesario que se vayan; denles de comer ustedes mismos”. Ellos respondieron: “Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados”. “Tráiganmelos aquí”, les dijo. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojo sal cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar, las mujeres y los niños.

Palabra del Señor.

Reflexión

Cuántas veces antes oí y leí este Evangelio, pero a esta altura de mi vida no puedo dejar de comentar la vigencia eterna de la Palabra en nuestras vidas.
Siempre el mundo ha funcionado parecido, porque los seres humanos tenemos actitudes no muy novedosas en cuanto a nuestras reacciones solidarias. Siempre creo - salvo muy honrosas excepciones- cada quien vela por su metro cuadrado y sus propias necesidades. Por ahí partimos y es fácil quedarnos entrampados y sin remordimientos en ese punto
Este Evangelio nos muestra muy actualizada nuestras actitudes típicas de hoy reflejadas en la de los discípulos. No hay nada más cómodo que dejar que los demás resuelvan sus propias dificultades. ¡¡¡ Que se vayan y busquen su comida !! dicen los discípulos.
Claro, ahí aparece nuestra real naturaleza centrada sólo en lo nuestro.
Jesús que tan bien nos conoce, espera que saquemos lo mejor de nuestro potencial humano y les responde:'' No es necesario que se vayan; dénle de comer ustedes''.
Él habría podido - bien sabemos - resolverlo todo solo. Para Él nada es imposible.
Pero esa es la maravilla de su Amor; convoca nuestra adhesión para realizar su labor salvífica y fraterna.
Por eso su respuesta nos lleva a revisarnos y comprobar nuestro compromiso para dejar de lado los egoísmos, sorderas y mezquindades.
Ellos cedieron su precaria cena y Él se encarga de multiplicarla, compartirla y entregarla a todos quienes confian en Él. Y es tan generoso, que hasta quedó para las necesidades de más adelante.
El llamado es muy evidente - una vez más-.
Jesús nos quiere participativos, activos, fraternos, comprometidos; no escudados en nuestras comodidades y egoísmos; esos que nos impiden mirar, oir o interesarnos por la miseria , desigualdad, hambre, dolores físicos y espirituales de quienes nos rodean; los cercanos y también los que están lejos.
Tal vez queremos guardar nuestro panes y peces sólo para nosotros.??? ¡Qué pena !! , porque si los ponemos en manos de Dios, junto con nuestro compromiso vivo y fraterno, podemos tener la seguridad que quitarán no sólo el hambre de hoy , sino la de todos los que en ÉL confien hasta el fín de los tiempos

Paz y Bien





2 comentarios:

Rosita. D. dijo...

Querida Carmen:
Muy buena reflexión. Ojalá pudiéramos ser más solidarios y ver a nuestro prójimo como a un verdadero hermano y multiplicar con él lo que tenemos. Muchas veces nos quedamos sólo con las palabras bonitas de consuelo y nada de acción.
La comodidad es una enfermedad silenciosa que lleva al cáncer del alma. Gracias por recordármelo.
Rosita. D.

carmencancino dijo...

Gracias Rosita.
Hay gran sabiduría en tu comentario.
Paz y Bien