sábado, 21 de agosto de 2010

PRIMERO YO, DESPUES YO, Y POR ÚLTIMO YOOOO



Días atrás me conmovió un hecho que leí en un periódico argentino.
Se informaba lo siguiente: "Agua para no beber. Aire que mejor no respirar" Un pueblo pobre, sobre montañas de oro. Son algunas de las contradicciones de Andalgalá, una localidad catamarqueña de 17 mil habitantes a 240 kilómetros de la capital provincial, donde funciona desde hace diez años la mina de oro y cobre más grande de Argentina, y una de las diez más importantes del mundo.
La empresa "Minera Alumbrera" de un consorcio suizo-canadiense, es denunciada por los pobladores de contaminar la tierra, el aire y el agua". Sin palabras.
Pero no termina de surgir un problema cuando aparece otro: el mes pasado, la transnacional anunció el inminente desarrollo de un nuevo proyecto minero en la zona... !que será diez veces mayor al actual! Sin comentarios.
Ante los "oídos sordos" de los gobernantes (se trata de una democracia!), los pobladores decidieron entablar lucha y manifestar su disconformidad mediante el corte de la carretera principal. Entonces los medios de comunicación nacionales se acercaron y la opinión pública tomó conocimiento del tema.
En un contexto así, la televisión mostró la multitud de rostros desencajados de los habitantes (mayoritariamente de ocupación agrícola), cansados de que la contaminación ambiental provoque pérdidas en los cultivos y haya motivado el éxodo del 40% de la población.
También permitió ver la actitud de algunos de los automovilistas- vecinos de la ciudad-  afectados por el corte de tráfico: "Me parece bien que reclamen por lo que les afecta, pero que no me impidan llegar a casa", dijo uno. "Que hagan lo que quieran, pero que a mí me dejen trabajar", apuntó otro.

Comentarios entendibles por cierto;  pero ajenos a una visión comunitaria de la realidad. Lo que no se tiene en cuenta (en la mayoría de estos casos) es que lo que afecta a un grupo de la sociedad, en cierta medida terminará afectándome también a mí.
El Pastor Martín Niemöller, durante el régimen nazi en Alemania, escribió: "primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí... pero ya no quedaba nadie que dijera nada por mí".
No le estoy instando a embanderarse detrás de un movimiento político (que tiene su lugar y su valor, si usted honestamente decide seguir ese camino). Ni tampoco hablo de "izquierda", de "centro" o de "derecha". Propongo algo superior: la adopción de un estilo de vida cuya escala de valores esté regida por el amor y la consideración a los demás.
Como escribió el apóstol San Pablo: "Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás" (Filipenses 2:4) (NVI)).
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El artículo anterior me interpreta tan plenamente, que cuando llegó a mi correo electrónico dije : ''Es que ésto debo compartirlo con algunos otros que podrían pensar parecido.''
No hay muchos espacios  como para compartir estas reflexiones; a lo mejor pocos serán capaces de no latearse y leer hasta el final.
Bueno, por si alguien se animó y llegó hasta aquí, ojalá le sirva para pensar un minuto que estos temas que nos parecen taaaan ajenos, nunca están lejanos que no nos toquen mañana ...o pasado mañana. Cuando dañamos el ecosistema del único planeta que es nuestro hogar.... y más encima no nos importa el daño directo que eso trae consigo a las vidas y seguridad de muchas personas humildes- que no pueden escoger por su miseria - y de las que nadie se preocupa, eso habla de la profunda torpeza con que nos manejamos; ajeno a la importancia que cada uno crea tener en este mundo.
No es por nada, pero si no hacemos conciencia y lo manifestamos sin miedo, creo que nos tendremos que arrepentir por el daño irreparable causado a miles de seres sobre el planeta hoy. Tambien a nuestras futuras generaciones, en nombre del ''intocable'' y nunca bien ponderado ''lucro'', acompañado de sus entrañables amigas '' la codicia''y doña ''ambición sin límites''
QUE EL ESPÍRITU SANTO, nos entregue la fuerza y la valentía para no callar , ni menos olvidar que el planeta es un bien de DIOS, que no tiene dueños, aunque demasiados así lo crean.

PAZ Y BIEN

2 comentarios:

Francisca dijo...

Carmen, te felicito por la reflexión que nos participas y por el comentario que haces al final. Quiero decirte que me interpretas totalmente. Es necesario tener voz y defender lo que se nos entregó tan sólo como administradores, con una belleza incalculable, para que unos seres mezquinos la destruyan gratuitamente, y nos hagan perecer en ese infierno de egoísmo y de crueldad,como si nada importara. Qué difícil para algunos reconocer la dignidad del hombre y el respeto a la tierra y a toda creación.Felicitaciones, Laly, sector norte Stgo.

carmencancino dijo...

FRANCiSCA, GRACIAS POR TU COMENTARIO. Me gustó mucho leerlo, porque eres una persona sensible con un corazón pleno de sabiduría. Eso reflejan tus palabras.Es alentador, saber que hay personas que aun comparten estos valores , y lo expresan públicamente.

Francisca, no desmayemos.
Bendiciones y gracias
carmen